Dentro de los pensamientos de un cuidador, existen a menudo demasiadas inseguridades y en ocasiones un sentimiento de culpa difícil de atenuar.
La sensación de que las cosas se podrían hacer mejor, entra dentro de lo que se entiende por perfeccionismo si hablamos de algo material o laboral, pero si tratamos con personas a las que cuidamos, esa sensación se convierte a menudo en sentimiento de culpa ante lo que el cuidador cree que podría o debería hacer mejor.
En ocasiones el sentimiento de fracaso y/o culpa puede verse mezclado con la comparación que realizamos de nosotros mismos ante otros cuidadores. Comparar no es malo a no ser que siempre salgamos desfavorecidos del balance realizado. Abusar del pensamiento “los demás lo hacen mejor que yo” no puede tener cabida en la vida de un cuidador, dado que amenaza la seguridad, estabilidad y autoestima de la persona que cuida.
Existe un cuestionario dedicado a analizar y/o medir el sentimiento de culpa de un cuidador, que nos ha parecido curioso detallar. Algo tan poco ponderable como un sentimiento también puede ser medido mediante una escala cuantitativa.
Os dejamos aquí el cuestionario para que podáis leerlo o realizarlo en caso de que estéis interesados. Como es de esperar, se encuentran puntuaciones altas en culpa asociadas positivamente con sobrecarga, depresión y ansiedad y puntuaciones bajas en culpa asociadas de forma estrecha con apoyo social, asesoramiento, formación y satisfacción.
¿Sabíais que el sentimiento de culpa del cuidador se podía medir?
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